Ganó el Premio Nobel de la Paz en 1992 “en reconocimiento a su trabajo por la justicia social y la reconciliación etnocultural basada en el respeto a los derechos de los pueblos indígenas”.
En 1992 el mundo occidental celebró que se cumplían 500 años desde que Colón llegó a América. Ese mismo año, la mujer indígena guatemalteca Rigoberta Menchú recibió el Premio de la Paz por su trabajo por los derechos de los pueblos indígenas y la reconciliación entre etnias.
Las organizaciones indígenas presionaron para su nominación, querían llamar la atención sobre el hecho de que el descubrimiento europeo de América había supuesto el exterminio y la supresión de las poblaciones indígenas.